Se plantea como un edificio emblemático de oficinas administrativo-comerciales de alta seguridad, tanto como de notable estética ambiental, confort y receptividad para sus usuarios; orientado por lo demás, al logro de la mayor eficiencia, funcionalidad, flexibilidad e ínter-conectividad espacial (interna y hacia la calle).
Se utiliza el prisma rectangular alineado con la Libertador como geometría primaria del edificio, en combinación en un segundo plano de importancia con la forma elíptica u ovalada asociada al logo de la institución.
La arquitectura se basa en el concepto de “burbuja ambiental”, en el sentido de envolver los espacios de trabajo y circulación en un ambiente de “bosque tropical” interpuesto entre estos y las fachadas norte y sur; en otras palabras, lograr el efecto de “un edificio dentro de un bosque”, más que un bosque dentro de un edificio. Convirtiendo las fachadas norte y sur en una “piel” o cortina de vidrio transparente, la cual posibilite el efecto chimenea de ventilación natural, a los efectos de disipar la radiación solar y poner en evidencia el segundo plano de fachada de la edificación. Dicha burbuja, con base a la combinación de una curvatura cóncava de los bordes norte y sur de las plantas de oficina, con un escalonamiento progresivo en sentido ascendente de las mismas, hacia las fachadas norte y sur del prisma rectangular. De manera tal, que funcione no solo como aislante acústico, generador de sombra y digestor de radiación solar, sino igualmente como ámbito enriquecedor y humanizador del paisaje tanto urbano como interno del edificio, enfatizando las cualidades de transparencia, confort, contraste geométrico y dinamismo interior, tanto como el carácter de vínculo espacial entre la calle y la edificación.